El Agua en las etapas de la vida 1

El agua en la lactancia

Desde que está en la panza de la madre el bebé se encuentra inmerso en un medio acuático. Al nacer deja ese espacio y comienza a ser alimentado por la leche materna que está compuesta por un 90% de agua. La misma sacia la sensación de hambre y sed. Por esto es indispensable que la mamá ingiera no menos de 2 litros de agua por día.

En un niño pequeño, el 83% de su cuerpo está constituido por agua. Conforme va creciendo, el porcentaje de agua en su cuerpo va disminuyendo, hasta llegar a un 60% en un hombre adulto y a un 45% en una mujer adulta.

Durante el período en que el lactante se alimenta sólo con leche materna no suele necesitar líquidos adicionales. Encontramos excepciones a esta situación en el caso de calor extremo o pérdidas aumentadas por fiebre y diarrea.

A partir de los seis meses el lactante ya está en condiciones de comenzar a incorporar alimentos complementarios a la leche materna en su dieta. En este momento, al haber una mayor carga renal de solutos es necesario brindar agua con frecuencia ya que la obtenida por ingesta de leche materna u otros alimentos resulta escasa.

Los niños necesitan consumir más agua que los adultos para evitar la deshidratación.
Dado que en este período es difícil diferenciar la necesidad de satisfacer sed o hambre en el bebé, se debe controlar constantemente la ingesta de agua.